Parece que por fin se ha marchado la borrasca que teníamos encima de la cabeza. Si unimos eso con la buena sensación que nos traen estas mini vacaciones de semana santa…Nuestra cabeza ya está en modo vacaciones.
Yo al menos ya estoy pensando en que hacer durante el verano. Además de pasar el mayor tiempo posible con Catalina, jugando en la playa hasta caer rendidas, me gustaría volver a hacer algún tipo de travesía en barco como la del año pasado.
Para eso ella es aún demasiado pequeña, así que este año se va a librar de acompañarme. Pero el año que viene vendrá conmigo de cabeza. Ya sabéis que estoy súper a favor de integrar a los niños en todas las actividades posibles y los viajes son una de ellas. Pero como evidentemente lo primero es la seguridad, así que esperaré a que se pueda defender un poco más por ella misma.
Volviendo al tema de mi escapada, este año tengo el plus de que voy estrenando mi título de patrón, necesito practicar mucho. Pero no os preocupéis, iré acompañada…El tráfico marítimo puede estar tranquilo aún.
Como primera opción había barajado la idea de volver a Baleares, el año pasado mi ruta fue por Menorca, aunque visitamos también el paraíso natural de Cabrera, que fue una auténtica delicia. Ibiza se me quedó en el tintero, así que me decantaría más por esa opción, con la posibilidad de pasar más días, con lo que tendría tiempo incluso para alquilar un coche en Formentera por un par de días y conocer la isla. Eso me apetece muchísimo, la verdad.
Como segunda variante, más cercana y más económica, porque no decirlo, me llama mucho la idea de la costa portuguesa. A esta zona podría desplazarme en coche, sin necesidad de depender de ningún horario, esperar colas o hacer mini maletas. No sé si será por la edad, o por la excesiva socialización de las compañías aéreas de nueva generación. Pero últimamente cada vez me gusta menos la idea de quedar hacinada en un avión.
Así que es muy probable que me decante por esto, ya que la tercera posibilidad, que es navegar por el mar Adriático, concretamente recorriendo la costa de Croacia. Es realmente muy atractiva, pero conlleva todo este rollo que os he comentado antes.
Así que con este pequeño batiburrillo en la cabeza, lo que tengo claro es que este año volveré a levantarme con el mar en calma alrededor y a descansar como nunca al puro nivel del mar.
Os animo a probarlo alguna vez, aunque no me hago cargo de vuestra depresión de vuelta a tierra.
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1 comentario:
¡Que ganas! ya falta menos.
Besos.
Gemeladas
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